Definiciones importantes: ¿Cuál es nuestro punto de equilibrio?

Equilibrio
Encontrar el punto de equilibrio nos permite desarrollar nuestro proyecto con menos ansiedad.

Proyecciones de ingresos y costos.

En las últimas entradas venimos mencionando algunos de los conceptos más relevantes a la hora de pensar y desarrollar nuestro modelo de negocios. Puntualmente, la semana pasada hablamos de alinear propuesta de valor y segmento de clientes, como dos ejes a partir de los cuales se harán evidentes las necesidades del proyecto. Ahora llega el momento de ‘bajar a números’ nuestra idea y diseñar la hipótesis sobre la viabilidad económica de ella. ¿Cuánto nos costará mes a mes llevarla a cabo? ¿Cuántos ingresos podremos generar?

Sin dudas, el desarrollo de ‘los números’ es clave para que nuestro proyecto sea económicamente viable, pero también suele ser complejo en las etapas iniciales pensar ecuaciones realistas. No te asustes… pero es muy probable que lo que plasmes en este momento no sea lo que finalmente ocurra. Y es que hay un montón de variables que no manejamos o que ni siquiera conocemos. ¿En qué quedamos entonces? ¿Para qué nos sirve?

Recordemos que en el desarrollo del modelo de negocios estamos trabajando con hipótesis. Sustentadas en más o menos datos del mercado y los potenciales clientes, éstas reflejan una estimación (lo más objetiva posible) de lo que creemos que puede pasar. Ahora bien, mientras más conocimiento tengamos del medio donde estamos insertos, más certeras podrán ser nuestras aproximaciones. ¿Y si estamos innovando? ¿Y si es un mercado sin tanto desarrollo? Bueno, aquí es donde nos ayudará ser un poco autoindulgentes -no exigirnos ser exactos- y comprender que nuestro mayor objetivo es entender si nuestro modelo de negocios es coherente. Esto es: si nuestras hipótesis nos conducen a un escenario de viabilidad económica o debemos hacer cambios de peso. Si el proyecto generará los recursos suficientes para autofinanciarse o tendremos que buscar financiamiento externo.

Un trabajo que tenemos que hacer (nos guste o no)

Entonces, para poner manos a la obra debemos definir algunas variables básicas: el precio de venta, los costos fijos y los costos variables. Con estas variables resueltas echaremos luz sobre: cuánto nos cuesta producir nuestro producto o brindar el servicio (en insumos, mano de obra y servicios necesarios), qué gastos fijos tenemos que afrontar aunque no produzcamos ni vendamos nada (y así definir qué estructura nos conviene tener en cada momento, ya que hay que pagarla) y qué margen tenemos para establecer un precio de venta que a la vez sea competitivo en el mercado y nos permita, primero lo primero, pagar los costos fijos y variables.

Es cierto, parece chino al principio. No vamos a negar que a veces lo es. Sin embargo, es una tarea necesaria y a la vez esclarecedora. Algo que puede servir como consuelo: muchas empresas en marcha nunca (😫) lo han hecho y así van por la vida. Eso sí, no saben si ganan o pierden plata y así siempre llegan los dolores de cabeza.

Así que a no desanimar, hay que sentarse a dibujar números y sacar las primeras conclusiones respecto de la viabilidad económica y financiera del proyecto, que nos va a ahorrar muchos problemas en el futuro. Es de mucha ayuda contar con asistencia técnica profesional en esta parte del proceso. Como decimos, tanto para nuevos emprendimientos como para empresas en marcha con buena trayectoria, desde Fundar los acompañamos para potenciar el modelo de negocio.

¿Qué esperás para consultar?

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